


Honrar un legado
“Mi padre dedicó toda su vida a la escultura médica en el Instituto Shriners de Galveston, Texas, donde trabajó durante 40 años. Fue su primer y único trabajo, y su labor allí marcó una diferencia inconmensurable en la vida de los niños”, explica el Dr. Morales.
El hospital atendía gratuitamente a niños de todo el mundo que sufrían quemaduras o habían nacido con deformidades de labio leporino y paladar hendido. Su padre se especializó en crear prótesis de silicona -orejas, narices, ojos- y prendas de presión que ayudaban a estos jóvenes pacientes a curarse y recuperar la confianza en sí mismos.
De niño, el Dr. Morales pasó muchos veranos con su padre en el hospital, viéndole trabajar junto a cirujanos plásticos y reconstructivos. Fue durante esas primeras experiencias cuando soñó por primera vez con ser cirujano plástico. Trágicamente, su padre sufrió una apoplejía hemorrágica poco después de jubilarse, hace cinco años, un suceso que afectó profundamente al Dr. Morales.
“Este momento decisivo impulsó mi decisión de crear una fundación benéfica en su honor, que continuara su legado de ayudar a los niños que necesitan cirugía reconstructiva”, dice el Dr. Morales.
“Hoy, como cirujano plástico en ejercicio que vive el sueño de mi infancia, puedo devolver de una forma única que no sólo transforma vidas, sino que sigue los pasos de mi padre. Me siento increíblemente bendecido por disponer de los recursos y de un equipo de talento para apoyar esta misión y honrar la obra de su vida.”